Dólar

La otra cara de la política de cero tolerancia

La molestia y protestas que han provocado las imágenes de niños en autobuses y el sonido de su llanto pidiendo ver a sus padres, todo a raíz de la política de cero tolerancia.

Sin embargo, está el otro lado de la moneda de cómo los agentes fronterizos dicen estar haciendo sólo su trabajo y que actúan de acuerdo a la ley.

“Al firmar para Border Patrol, sabía los riesgos que conlleva y es parte del diario vivir,”  dijo Carlos Ruiz, agente de la Patrulla Fronteriza sobre su compromiso de vigilar la frontera.

Hay quienes han pagado miles de dólares, incluso con su vida, para intentar infiltrarse en el sistema migratorio estadounidense.

“Yo pensé que para venirse para acá era fácil, pero por lo visto no. Fue así una experiencia inolvidable,” dijo Edgar, un migrante proveniente de Guatemala.

Edgar y Carlos, otro migrante de Guatemala, salieron de su país natal para escapar de las drogas y las armas que amenazan sus vidas.

Esos riesgos de alguna manera existen dentro del mismo país que Ruiz junto a otros agentes protegen.

“Por una parte, entiendo la frustración la frustración de ellos porque quizás no entienden lo que está sucediendo. Por otra parte, es parte de mi trabajo y tengo que aceptarlo,” aseveró Ruiz.

De acuerdo a un reporte publicado por la Unión Americana de Libertades Civiles, más de 30,000 páginas de récords gubernamentales identifican numerosos casos de mala conducta verbal, física, sexual y emocional contra menores migrantes por agentes de ICE.

Pero por su parte, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza llamó el reporte arbitrario. “Nosotros sí nos importa. Sí sentimos lo que está sucediendo, que nosotros tratamos, intentamos lo mayor posible de tratar a esas personas con respeto y dignidad,” aseguró el agente Ruiz.

Sin documentos o con uniforme, cada caso de agresión reportado será investigado por las autoridades correspondientes.

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