Las autoridades agrícolas de Estados Unidos propusieron el viernes nuevas normas nutricionales para las comidas escolares, incluyendo los primeros límites en azúcares añadidas, con un enfoque en alimentos endulzados como cereales, yogur, leche de sabores y pastelitos para el desayuno.
El plan anunciado por el secretario de Agricultura, Tom Vilsack, también intenta reducir significativamente el sodio en los alimentos que se sirven a los alumnos del país para 2029, al tiempo que flexibiliza las normas para los alimentos elaborados con granos integrales.
El objetivo es mejorar la alimentación y alinearse con las recomendaciones alimentarias federales en el programa que sirve desayuno a más de 15 millones de niños y almuerzo a casi 30 millones de niños todos los días, indicó Vilsack.
“Las comidas escolares resultan ser las comidas con el valor nutricional más elevado de cualquier comida que los niños puedan consumir fuera de la escuela”, dijo Vilsack en una entrevista.
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Los primeros límites para azúcares añadidas serán requeridos para el año escolar 2025-2026, empezando con alimentos altos en azúcar como cereales endulzados, yogures y leches de sabores.
Bajo el plan, una leche de chocolate de 8 onzas, por ejemplo, no podrá contener más de 10 gramos de azúcar. Algunas leches de sabores populares actualmente contienen el doble de esa cantidad. El plan también limita los postres de granos azucarados, como pastelitos o donas, a no más de dos veces por semana en el desayuno.
Para finales de 2027, las azúcares añadidas en las comidas escolares estarán limitadas a menos del 10% del total de calorías por semana en los desayunos y almuerzos.
Salud
La propuesta también reducirá el sodio en las comidas escolares en 30% para finales de 2029. Gradualmente se irá reduciendo para alinearse con las normas federales, que recomiendan que los estadounidenses de 14 años o más limiten el sodio a unos 2,300 miligramos al día, y menos que eso para niños más pequeños.
Los expertos en salud afirman que reducir el azúcar y la sal puede ayudar a disminuir el riesgo de enfermedades en los niños, como la obesidad, la diabetes, la hipertensión y otros problemas que a menudo se prolongan hasta la edad adulta.
El plan, detallado en un documento de 280 páginas, suscitó reacciones encontradas. Katie Wilson, directora ejecutiva de la Urban School Food Alliance, dijo que los cambios son "necesarios para ayudar a los niños de Estados Unidos a llevar una vida más sana".
Pero Diane Pratt-Heavner, portavoz de la Asociación de Nutrición Escolar, un grupo comercial, dijo que las comidas escolares ya son más saludables de lo que eran hace una década y que el aumento de las regulaciones son una carga, especialmente para los distritos escolares pequeños y rurales.
Como parte del plan, los responsables de agricultura están recabando opiniones sobre una propuesta que seguiría exigiendo que el 80% de todos los cereales ofrecidos a la semana sean integrales. Pero permitiría a las escuelas servir alimentos no integrales, como tortillas de harina blanca, un día a la semana para variar sus menús.
Otra opción sugiere servir leche descremada o semidescremada sin sabor a los niños más pequeños y reservar la leche con chocolate y otros sabores para los niños de secundaria.
El 7 de febrero se abre un plazo de 60 días para que el público presente sus comentarios sobre el plan.