La memoria es el principal recurso en el aprendizaje y, además de la metodología, es necesario que los niños comiencen a tener una buena alimentación, que les permita desarrollar todos los recursos posibles.
Si desde muy pequeños, los niños reciben nutrientes adecuados, se les está brindando una posibilidad adicional para que capten todo lo que les rodea, mientras que su cerebro estará más preparado para los retos que se les avecinan.
La verdad es que casi todos los alimentos ayudan en este proceso, pero hay algunos que tienen más nutrientes. Por ejemplo, una de las principales recomendaciones es llevar adelante un plan alimentario donde el huevo sea protagonista sobre la mesa.
Hoy se sabe que el cerebro funciona mejor con algunos e ácidos grasos como el omega-3, los antioxidantes y la fibra, pero también le va de maravillas si en la dieta se encuentran el fósforo, el magnesio y el silicio. Esto es recomendado que se consuma a lo largo de la vida.
Las proteínas de origen animal, principalmente el hígado y los mariscos, ayudan con la regulación de la capacidad intelectual y del estado de ánimo. No hay que olvidar al banano, por contener potasio, muy bueno para el sistema nervioso
Los frutos secos y otros antioxidantes son recomendados altamente, sin olvidar el debido cuidado que se debe tener con las alergias.
Y para no ser tan ortodoxo, si se quiere salir de la dieta y consumir otros productos, como un rico pastel, lo mejor es que este esté preparado con los mejores ingredientes. Huevo, harina no procesada, nada de gluten, y nada de azúcar procesada, es la mejor receta para que la alimentación sea muy provechosa.
