Obama llega a Hiroshima en histórica visita

HIROSHIMA, Japón - Barack Obama se convirtió el viernes en el primer presidente de Estados Unidos en el cargo que visita el lugar donde se produjo el primer ataque nuclear del mundo, un viaje que llamó la atención sobre los sobrevivientes y sobre su incumplida visión de un mundo sin armas nucleares.

Obama aterrizó en Hiroshima tras terminar las conversaciones con mandatarios internacionales en una cumbre del G-7 en Shima, Japón.

La visita requiere una labor de diplomacia acrobática para un presidente que intenta hacer historia sin reabrir viejas heridas. Obama tenía previsto ofrecer un breve discurso y rendir homenaje a las 140.000 personas que murieron en el ataque, producido hace siete décadas. Pero la Casa Blanca ha insistido en que no se disculpará por el ataque. Muchos estadounidenses creen que aceleró el final de la II Guerra Mundial, mientras que otros lo consideran un ataque contra civiles que constituye un crimen de guerra.

Allí, en un lugar de tanto sufrimiento, donde las fuerzas estadounidenses lanzaron la bomba que inauguró la era nuclear, Obama también colocó una ofrenda floral en el cenotafio, un monumento arqueado en el parque de la Paz de Hiroshima en memoria de los muertos por el ataque del 6 de agosto de 1945. Una segunda bomba atómica, caída en Nagasaki tres días después, mató a otras 70,000 personas.

Hiroshima es mucho más que "un recordatorio del terrible coste de la II Guerra Mundial y la muerte de inocentes en todos los continentes", dijo el mandatario el jueves.

El presidente de Estados Unidos está acompañado por el primer ministro japonés, Shinzo Abe, una demostración de la amistad entre la única nación que ha utilizado un arma atómica y la única que ha sufrido un ataque nuclear.

Kinuyo Ikegami, de 82 años, sobreviviente de la bomba, acudió a presentar sus respetos a las víctimas el viernes por la mañana, horas antes de la llegada de Obama. Allí encendió incienso y entonó una plegaria.

Lágrimas caían por sus mejillas al describir el efecto inmediato de la bomba.

"Podía escuchar a los niños gritando, '¡Ayúdenme! ¡Ayúdenme!''', dijo. "Era demasiado lamentable, demasiado horrible. Incluso ahora me llena de emoción".

Han Jeong-soon, de 58 años, hija de una sobreviviente coreana, también acudió al parque el viernes.

"El sufrimiento, como la enfermedad, pasa de generación en generación, eso es lo que quiero que sepa el presidente Obama", dijo. "Quiero que comprenda nuestro sufrimiento".

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