SANTIAGO — El presidente chileno Sebastián Piñera promulgó el jueves la ley de matrimonio igualitario aprobada esta esta semana por el Congreso, un gran paso en un país conservador que tardó décadas en sancionar normas resistidas como el divorcio y el aborto en algunos casos.
La promulgación se desarrolló en uno de los patios del palacio de gobierno en el que estaban presentes dirigentes de entidades defensoras de los derechos de la comunidad LGBTIQ+.
“Este es un día para celebrar, es un día histórico”, dijo Piñera al promulgar la ley escoltado por Rolando Jiménez, líder del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual, (MOVILH), y de Isabel Amor, presidenta de la Fundación Iguales que trabaja por la plena inclusión de la diversidad sexual.
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"UN PASO HISTÓRICO"
La ceremonia se produjo poco más de seis meses después de que Piñera anunciara sorpresivamente su decisión de agilizar el proyecto de matrimonio igualitario, que dormía desde hacía cuatro años en el Congreso.
Amor dijo que con esta ley “no sólo vamos a poder casarnos como lo hace cualquier persona en este país, sino que también vamos a poder reconocer a un par de cientos de niños, niñas y adolescentes que están a la deriva legalmente por no poder tener reconocido su vínculo con ambos padres o ambas madres”.
"Es un paso histórico, revolucionario, que cambia la historia de país y termina con el abuso sistemático hacia cierto tipo de familias", exclamó Ramón Gómez, encargado de Derechos Humanos del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), una emblemática organización que lleva años luchando por este derecho.
En la céntrica Plaza Italia de Santiago cientos de personas se congregaron en la tarde en ambiente festivo para festejar esta ley, que también reconoce los derechos filiativos de los gays, es decir, la posibilidad de que se reconozcan los hijos en común.
"Hoy ponemos fin a muchos años de homofobia y transfobia y estamos aquí celebrando el amor", dijo a Efe Matías Ovalle, un joven que salió a la calle a festejar.
CON APOYO TRANSVERSAL
La propuesta obtuvo un amplio respaldo en ambas cámaras: en la Cámara de los Diputados se aprobó por 82 votos a favor, 20 en contra y 2 abstenciones; mientras que, horas antes, la Cámara Alta le dio el visto bueno con el respaldo de 21 senadores, 8 en contra y 3 abstenciones.
Entre la oposición, el apoyo fue rotundo y dentro del oficialismo (centro-derecha) fue mayoritario, en parte por el empuje que traía el proyecto después de que el actual mandatario, el derechista Sebastián Piñera, se mostrara a favor y urgiera su discusión el pasado julio.
"Qué lindo ver cómo la ciudadanía chilena es más libre. Por la libertad para casarte con quien tú quieras, sin que nadie te imponga qué es el amor ni cómo debe ser una familia", celebró el diputado de izquierda Gonzalo Winter, Frente Amplio (FA).
Dejar de juzgar el matrimonio entre parejas del mimo sexo como "malo o sospechoso" es un "cambio cultural de fondo" que el país debe hacer, sentenció por su parte el senador de derecha Rodrigo Galilea (Renovación Nacional).
Pese a los recientes avances en materia de derechos sociales, Chile es considerado como uno de los países más conservadores de la región, especialmente por su fuerte tradición católica.
El divorcio no se legalizó hasta 2004 y el derecho al aborto solo está contemplado desde 2017 en tres casos concretos (inviabilidad fetal, riesgo de vida de la madre o violación).
"Hoy es un día alegre para Chile. Avanzamos en el reconocimiento de todos y en abrazar la diversidad", sostuvo por su parte el portavoz de gobierno, Jaime Bellolio.
En la noche del martes, y como conmemoración, se iluminó la fachada del Palacio de la Moneda, la sede del Ejecutivo, con la bandera multicolor.
CUATRO AÑOS DE OBSTÁCULOS
La iniciativa de matrimonio igualitario se presentó en 2017 gracias al impulso de la expresidenta socialista Michelle Bachelet y estuvo estancada durante casi cuatro años.
En un giro sorpresivo de acontecimientos, el presidente Sebastián Piñera dijo este año que había "llegado el tiempo" de aprobarlo, pero el anuncio cayó como un jarro de agua fría entre los sectores más conservadores de la derecha, que en los últimos meses lograron alargar al máximo su discusión.
Han sido las plataformas de derechos sociales las que han impulsado su tramitación y han luchado para que se incluyan aspectos como eliminar la homosexualidad como causal de divorcio culposo, reconocer las uniones contraídas en el extranjero o definir el orden de los apellidos de los hijos.
Isabel Amor, directora de la Fundación Iguales, otra de las plataformas LGBT más importantes, celebró el proyecto y agregó que es un "símbolo" en la lucha contra la violencia que sufren las personas del colectivo de la diversidad sexual y de género.
Hasta ahora y desde 2015, las personas gay solo podían unirse bajo la figura legal del Acuerdo de Unión Civil (AUC), que no reconoce derechos filiativos.