MCALLEN- Tan sólo el martes, Caridades Católicas recibió a un grupo de 100 inmigrantes indocumentados, entre ellos niños quienes vivieron una travesía difícil para poder llegar a suelo estadounidense.
Luchar contra las aguas del Río Grande, aguantar hambre y caminar en la frontera fueron algunos de los sacrificios que estas familias realizaron con el único propósito de llegar a Estados Unidos.
Algunos dijeron haber pagado hasta $10,000 a un coyote para que los cruzaran.
La directora de Caridades Católicas, Hermana Norma Pimentel, aseguró que que estas familias venden todo lo que tienen en su posesión para con tal de salvar sus vidas.
Pimentel agregó que las organizaciones de traficantes se aprovechan de las familias y les cobran más dinero ya que cada vez se les hace más difícil cruzarlos debido a la fuerte vigilancia.
