MATAMOROS, Tamaulipas- Miles de migrantes centroamericanos se encuentran varados en Matamoros esperando a su audiencia con un juez de inmigración para que analice su petición de asilo.
Muchos migrantes afirmaron que están huyendo de sus países por la violencia y por la falta de empleo.
Esta situación se ha visto tanto en el área del Puente Internacional B&M, conocido como “puente viejo” y en el Puente Internacional Gateway conocido como “puente nuevo”. Ambos puentes conectan las ciudades de Brownsville, Texas con Matamoros, Tamaulipas.
Y es que, desde hace varios días, las autoridades migratorias devuelven inmediatamente a México a los migrantes sin documentos y presuntamente ya no los dejan comenzar el proceso de asilo en suelo americano.
En toda la frontera, hay al menos 18 mujeres embarazadas esperando asilo, según La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) que puso una queja ante el Departamento de Seguridad Nacional para que estas migrantes que necesitan atención especial sean excluidas de las deportaciones.
La situación se ha vuelto precaria para muchos ya que no cuentan con acceso a muchos sanitarios, agua potable y tienen que hacer largas filas para recibir atención médica por parte de la organización de Médicos sin Fronteras.
Mientras tanto, en el lado estadounidense de la frontera, los albergues que se han dedicado a brindarle ayuda a los migrantes se han quedado casi vacíos. “Le damos la espalda y los regresamos a México y ahí están sufriendo, ve a Matamoros ahorita y ves la cantidad de familias que están en unas condiciones tan tristes,” dijo la Hermana Norma Pimentel, directora de Caridades Católicas en el Valle del Grande.
