Inundaciones, fallas eléctricas, casas destruidas, árboles y techos colapsados, son algunas de las consecuencias del impacto de un huracán. Y así estuvo el Valle de Texas hace casi medio siglo.

El 2017 marca el 50 aniversario del huracán Beulah, uno de los fenómenos meteorológicos que más daño ha causado en la región.

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Fue en septiembre de 1967 cuando Beulah, el segundo huracán de ese año, hizo su entrada al sur de Texas con vientos sostenidos de hasta 120 millas por hora, causando estragos y provocando que 200,000 personas se quedaran sin hogar.

El paso de este fenómeno meteorológico provocó serios destrozos, inundaciones y tornados quitándoles la vida a 58 personas, según fue registrado en los archivos. Por otro lado, alrededor de 100,000 personas estuvieron incomunicadas a lo largo de semanas y tuvieron que abandonar sus hogares para solicitar refugio.

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Hace 50 años, los efectos de Beulah se sintieron en Reynosa, Río Bravo, Matamoros, Pharr así como en el área metropolitana de Monterrey. El presidente Lyndon B. Johnson declaró a Texas como un área de desastre con daños que ascendieron en millones de dólares.

Aunque poco frecuentes, la amenaza de un huracán de categoría intensa en el Valle de Texas es una realidad.

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“Siempre las aguas del Golfo de México prácticamente son calientes…siempre es propicio para la formación de huracanes,” explicó Lixion Ávila, del Centro Nacional de Huracanes.

La pregunta ahora es…Después de 50 años que han pasado desde Beulah, ¿qué tan preparado está ahora el Valle del Rio Grande para enfrentar la llegada de un nuevo huracán?

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“Si tuvieras la misma tormenta hoy en día, tendrías más daño y destrucción,” aseveró Tim Marshall, meteorólogo, caza tormentas e ingeniero.

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Expertos como Marshall opinan que la región del Valle del Sur de Texas recibiría devastación tras el paso de un fenómeno meteorológico debido al aumento en urbanización, comparado a hace 50 años cuando el terreno era mayormente agrícola.  

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No obstante, las autoridades aseguran estar trabajando para proteger a la ciudadanía para evitar tragedias modificando su manera de actuar y de responder ante un fenómeno natural de la magnitud de Beulah.

En su momento, el Condado de Cameron fue una de las áreas más afectadas y por eso en la actualidad las autoridades en este condado hacen uso de la alta tecnología como son los drones, nuevos planes de evacuación y personal adiestrado para responder a emergencias.

Hoy en día, la ciudadanía también está mejor preparada tanto con accesibilidad a información sobre a dónde acudir en caso de una emergencia de este tipo, qué documentos llevar consigo y hasta qué ruta de evacuación tomar.

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“Las arterias principales que tenemos en el Valle del Rio Grande son la interestatal 2, la I-69E que es la 77 y la I-69C que es la 281,” enumeró Octavio Sáenz, portavoz del Departamento de Transportación de Texas (TXDOT) en el distrito de Pharr. Aunque las calles FM o Farm-to-Market sirven también como rutas de evacuación, quizás en la actualidad no son la mejor opción.

Sáenz explicó sobre los cambios en la planificación urbana y en el desarrollo de las carreteras a medida que iba incrementando la población en el área. “Hace 50 años la población del Valle del Río Grande era mucho mucho menos,”dijo. “El último gran cambio que se hizo en la carretera aquí en el Valle del Rio Grande fue en los noventa cuando se expandió la carretera a tres carriles,” agregó.

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Cuando Beulah atravesó el Valle de Texas, miles de personas tuvieron que abandonar sus hogares en busca de un lugar seguro a donde resguardarse, y debido a la poca disponibilidad de refugios en el área, miles de personas fueron distribuidas a los condados vecinos de Nueces y San Patricio.

Ahora, el Valle cuenta con más refugios y más recursos por lo que no habría necesidad de viajar una hora para poder estar a salvo.