Los demócratas de la Cámara de Representantes de Texas decidieron irse para Washington con el objetivo de bloquear el proyecto de ley de reforma electoral del Partido Republicano que hace que sea más difícil votar en el estado.
Una acción similar contrarrestó una versión anterior del proyecto de ley el último día de la sesión legislativa a fines de mayo. Ahora, los legisladores esperan que se repita durante la sesión especial de 30 días convocada por el gobernador republicano del estado, Greg Abbott.
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Aquí te presentamos una explicación de lo que los demócratas están tratando de hacer y qué tan probable es que funcione.
¿Cuál es el objetivo?
Primero, los demócratas esperan privar a la legislatura de un quórum, el número mínimo de representantes que deben estar presentes para que el organismo funcione. Sin quórum, la legislatura no puede votar sobre la propuesta de votación u otros proyectos de ley respaldados por el Partido Republicano sobre el aborto, los atletas transgénero y la enseñanza sobre el racismo en la historia de los Estados Unidos.
El segundo objetivo, probablemente, ya se haya logrado: llamar la atención sobre el impulso republicano para endurecer las leyes de votación de Texas.
Muchos demócratas en el Congreso han esperado que su propio proyecto de ley electoral generalizado, que facilita el registro y la votación en todo el país, pueda contrarrestar los impulsos en la dirección opuesta en Texas y en varios estados controlados por el Partido Republicano.
Los legisladores demócratas del estado de Texas han estado abogando por la aprobación de ese proyecto de ley en Washington durante semanas.
Pero los demócratas del Congreso hasta ahora se han mostrado reacios a cambiar las reglas de obstrucción del Senado para superar la oposición del Partido Republicano en esa cámara y permitir que se apruebe con una mayoría simple.
¿Ha sucedido esto antes?
Es raro que un partido minoritario abandone las legislaturas estatales para bloquear la aprobación de un proyecto de ley, pero tiene muchos precedentes.
Uno de los casos más dramáticos ocurrió en Texas en 2003, cuando 50 legisladores estatales demócratas se trasladaron a Oklahoma para bloquear una propuesta republicana de redistribución de distritos que les costaría a los demócratas cinco escaños en la Cámara de Representantes.
Esa medida inspiró a los demócratas de Wisconsin ocho años después a ir a Illinois para detener un proyecto de ley republicano dirigido a los sindicatos de trabajadores del gobierno.
Los demócratas de Indiana siguieron el mismo libro de jugadas ese año para tratar de detener un proyecto de ley sobre el derecho al trabajo.
Los republicanos también lo han intentado. En 2019, 11 legisladores republicanos en Oregon se fueron a Idaho, bloqueando un proyecto de ley demócrata que luchaba contra el cambio climático.
¿Ha funcionado esto alguna vez?
Rara vez. En 2003, el entonces gobernador republicano de Texas, Rick Perry, convocó una sesión especial. Los demócratas volvieron a huir, esta vez a Nuevo México, pero finalmente regresaron y se aprobó el plan de redistribución de distritos.
Los demócratas de Wisconsin tampoco pudieron detener el proyecto de ley republicano que despojaba a los sindicatos del sector público de los derechos de negociación colectiva (los republicanos enmendaron la medida para que no necesitara quórum para aprobarse) y los legisladores fugitivos regresaron después de tres semanas en Illinois.
En Indiana, los republicanos finalmente retiraron los proyectos de ley sobre el derecho al trabajo. Pero los pasaron al año siguiente, sin huelga.
Oregón es una excepción: los demócratas finalmente retiraron su proyecto de ley climática, pero no se les garantizó el paso incluso antes del vuelo republicano a Idaho.
En Texas, se podría decir que los demócratas ganaron la primera ronda con su huelga el mes pasado. Cuando los republicanos que controlan la legislatura intentaron apresurar un proyecto de ley de elecciones revisado a última hora, los demócratas se retiraron y la sesión terminó y el proyecto de ley murió.
Pero Abbott los llamó la semana pasada para una sesión especial y esta dura un mes. Será mucho más difícil agotar el tiempo.
Eso se debe en parte a que los legisladores también son personas, con familias que alimentar e hipotecas que pagar. Las estadías prolongadas en otros estados tienden a agotar los presupuestos familiares, sin mencionar la buena voluntad política con los votantes.
En algunos casos, pueden ser amenazados con perder su salario legislativo estatal o incluso potencialmente ser demandados, como amenazó con hacer el gobernador demócrata de Oregon a los legisladores republicanos ausentes.
Abbott ya ha reducido el salario de los legisladores, pero tiene otras cartas para jugar. El lunes dijo que continuaría convocando sesiones especiales, hasta que los demócratas cedieran. También amenazó con arrestar a los legisladores una vez que regresaran.
¿Por qué ir a Washington?
Generalmente, los legisladores estatales se dirigen a los estados vecinos para evitar a la policía en casa. Se puede facultar a la policía del estado de origen para reunir a los legisladores sin permiso y obligarlos a cumplir con su deber legal de estar presentes en la sesión legislativa. En Texas, por ejemplo, las reglas de la Cámara dicen que cualquier miembro ausente durante una llamada de quórum puede "ser llamado y arrestado" por mayoría simple de votos de los presentes.
En mayo, los demócratas de Texas no tuvieron que viajar fuera del estado porque solo necesitaban un par de horas para anular el proyecto de ley antes de la fecha límite de medianoche.
