Estados Unidos cubrirá el costo de los vuelos y brindará otro tipo de asistencia a Panamá para repatriar a migrantes, según un acuerdo firmado el lunes, mientras que el nuevo presidente de la nación centroamericana ha prometido cerrar el peligroso Tapón del Darién por el que cruzan los migrantes que se dirigen al norte.
El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, firmó el memorando de entendimiento el lunes durante su visita a Panamá para acudir a la investidura del nuevo mandatario, José Raúl Mulino.
El pacto “está diseñado para reducir conjuntamente el número de migrantes que son contrabandeados cruelmente a través del Darién, por lo general en su camino hacia Estados Unidos”, dijo la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson, en un comunicado.
La tarea de enviar a algunos de los migrantes de regreso a sus países de origen “ayudará a disuadir la migración ilegal en la región y en nuestra frontera sur, y pondrá freno al enriquecimiento de las maliciosas redes de contrabando que se aprovechan de los migrantes vulnerables”, añadió.
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“La migración irregular es un desafío regional que requiere de una respuesta regional”, dijo Mayorkas en un comunicado.
Poco después de la investidura de Mulino, el gobierno panameño dio a conocer un comunicado en el que señaló que Mayorkas había firmado un acuerdo con el ministro de Asuntos Exteriores de Panamá, Javier Martínez Acha, en el que el gobierno de Estados Unidos se compromete a cubrir los costos de repatriación de los migrantes que ingresen ilegalmente a Panamá a través del Darién.
Según el pacto, Estados Unidos proporcionaría equipamiento, transporte y apoyo logístico a Panamá para enviar a los migrantes que sean detenidos ingresando ilegalmente a Panamá de regreso a sus países de origen, indicó la nación centroamericana.
EEUU
Mulino, de 65 años y exministro de seguridad del país, ha prometido poner fin a la migración por la peligrosa jungla del Darién.
“No permitiré que Panamá sea un camino abierto a miles de personas que ingresan ilegalmente a nuestro país aupados por toda una organización internacional relacionada con el narcotráfico y el tráfico de personas”, dijo Mulino durante su toma de posesión.
Según los términos del acuerdo, equipos del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS por sus siglas en inglés) ayudarán al gobierno local en Panamá a capacitar personal y desarrollar sus propios conocimientos y habilidades para determinar cuáles migrantes podrán ser retirados del país en virtud de las leyes de inmigración panameñas, señalaron dos funcionarios de alto rango del gobierno de Washington.
Ambos hablaron con The Associated Press bajo condición de anonimato a fin de revelar detalles de un acuerdo que aún no se hacía público.
Estados Unidos cubrirá el costo de los vuelos, ya sean chárter o comerciales, de los migrantes que sean expulsados para que puedan volver a sus países de origen. Los funcionarios no especificaron el monto que aportará Washington para esos vuelos o hacia qué países serían deportados los migrantes.
Los funcionarios señalaron que Estados Unidos brindaría asistencia y conocimientos sobre cómo llevar a cabo las repatriaciones, incluso ayudando a las autoridades panameñas a evaluar a los migrantes que puedan ser elegibles para recibir protección. Pero Estados Unidos no decidirá a quién deportar, subrayaron los funcionarios.
El programa estará bajo control exclusivo de Panamá, en apego con las leyes de inmigración del país, y será su gobierno quien tome las decisiones, indicaron los funcionarios estadounidenses. Añadieron que Panamá ya cuenta con un programa de repatriación, pero que éste es limitado.
El acuerdo se produce en momentos en que el Tapón del Darién se ha convertido en un tipo de vía rápida para los migrantes de todo el hemisferio sur y otras regiones que intentan llegar a Estados Unidos. El Tapón del Darién se ubica en la frontera entre Colombia y Panamá.
Más de medio millón de personas cruzaron el Darién el año pasado y más de 190,000 lo han hecho en lo que va de 2024. La mayoría de los migrantes provienen de Venezuela, Ecuador, Colombia y China.
El gobierno del presidente estadounidense Joe Biden ha tenido problemas durante un año electoral para demostrarle a los votantes que tiene control sobre la inmigración y la seguridad fronteriza. El exmandatario Donald Trump, quien ha priorizado el tema migratorio durante su campaña, ha responsabilizado a Biden por los problemas en la frontera sur del país.
Biden anunció a principios de junio una nueva medida para restringir el acceso al asilo una vez que el número de personas que se presentan en la frontera sur alcanza cierto umbral. Los funcionarios del DHS han atribuido a estas restricciones el descenso de hasta el 40% en los encuentros con la Patrulla Fronteriza.
Washington también anunció medidas para permitir que ciertos cónyuges de estadounidenses sin estatus legal soliciten una residencia permanente y a la postre se naturalicen sin tener que salir primero del país. La iniciativa de Biden podría beneficiar a más de medio millón de inmigrantes.
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El periodista de Associated Press Juan Zamorano contribuyó a este despacho desde Ciudad de Panamá.