El jueves le dieron el último adiós a un veterano de guerra que fue deportado en dos ocasiones a México.
Carlos Torres descansa finalmente en la única nación a la que él consideró su hogar y por quien estuvo dispuesto a entregar su vida. Sin embargo, su nación nunca le otorgó su ciudadanía.
Su funeral fue con todos los honores militares, pues sirvió en la Guerra de Vietnam, pero falleció lejos de su familia, en Reynosa, Tamaulipas sin que jamás se le otorgara la ciudadanía estadounidense.
“No podía él estar acá, pero él era todo lo que pensaba quería estar acá y vino, pero desgraciadamente en estas circunstancias,” dijo Virginia Torres, madre de Carlos Torres.
En medio de su luto, la familia exige justicia para él y para todos como él.
“En honor de mi hermano quisiera que este gobierno, esta administración cambiara esta ley para todos los veteranos que todavía están deportados,” expresó Norma Torres Treviño, hermana de Carlos Torres.
Ahora, la familia Torres continuará la lucha que Carlos no pudo completar en vida, y es que se le otorgue la ciudadanía estadounidense póstumamente y que se haga lo mismo a todos los que sirvieron en las Fuerzas Armadas y hayan nacido en otro país.
