Los camiones enfrentan largas demoras a lo largo de la frontera entre Texas y México, con tiempos de espera en algunos cruces fronterizos que superan las cinco horas.
La agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés ) revela que camiones a lo largo de la frontera entre Texas y México enfrentan largas demoras que superan las cinco horas de espera en algunos cruces fronterizos y que el tráfico comercial se ha reducido en hasta un 60%.
Los tiempos de espera para cruzar son más largos que el promedio y las subsiguientes interrupciones en la cadena de suministro, "no están relacionadas con las actividades de detección de CBP y se deben a inspecciones adicionales e innecesarias realizadas por el Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS, por sus siglas en inglés) por orden del Gobernador de Texas", se desprende de la información.
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Además, se indica que asociaciones comerciales, funcionarios y empresas le solicitan al gobierno del estado de Texas que suspenda su proceso adicional de inspección de camiones fronterizos porque "no es necesario para proteger la seguridad de las comunidades de Texas y está generando impactos significativos en las cadenas de suministro locales que afectarán a los consumidores y negocios a nivel nacional".
Estas "inspecciones innecesarias" ocurren cuando los vehículos salen de los puertos de entrada de EEUU dentro de las áreas de operación de El Paso y Laredo después de haber sido inspeccionados exhaustivamente y autorizados para ingresar a los Estados Unidos por CBP.
Como resultado, "los vehículos se retrasaron significativamente al salir de la plaza de inspección federal, lo que provocó interrupciones en el tráfico e impactos críticos en una cadena de suministro", afirma CBP.
El movimiento de estos bienes que se transportan a través de la frontera, se asegura, es vital no solo para las comunidades a lo largo de la frontera, sino también en los Estados Unidos, ya que estos bienes se utilizan en todos los sectores comerciales e industrias de EEUU. La fortaleza de la economía estadounidense depende en gran medida del flujo eficiente del comercio transfronterizo.
