Asesinato espera por ser esclarecido

En el Condado Hidalgo hay dos crímenes que ocurrieron hace bastante tiempo pero eso no significa que los autores no van a tener que enfrentar la justicia en algún momento.

El fiscal del Condado Hidalgo, Ricardo Rodríguez, asegura que se encuentra recopilando documentos sobre los casos sin resolver y confía en que algunos de ellos la solución podría estar en pruebas de ADN.

Han pasado más de 50 años de la muerte de Irene Garza. La mujer fue violada, asesinada y su cuerpo lo hallaron en un canal de riego.

El 16 de abril de 1960 fue el último día que Garza fue vista con vida. La mujer se dirigía hacia la iglesia del Sagrado Corazón en McAllen.

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En su momento, el principal sospechoso fue un sacerdote a quien no se le radicaron cargos por la supuesta falta de evidencia.

“Estamos en una posición en donde no vamos a platicar de qué se hizo o no en el pasado. De aquí para adelante vamos a hacer el esfuerzo que podamos para ver haya justicia para esta familia”, expresa el fiscal del Condado Hidalgo Ricardo Rodríguez.

El otro caso es el de Arturo Noé Sánchez, un maestro de Edinburg asesinado en 2005.

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Precisamente en el caso de Sánchez, casi una década después el presunto culpable fue localizado tras asaltar un banco en Nuevo México. Al sospechoso se le pudo identificar gracias a la ciencia.

“Vamos a trabajar lo más que podamos para tratar de resolver estos casos que están pendientes por muchos años”, añade Rodríguez.

El fiscal reconoce que hay unos casos que son más difíciles que otros.

 

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