La creatividad de los presos no tiene límites.
Ejemplo de esto son las armas y objetos confiscados a reclusos en la Cárcel Carrizales, en Brownsville.
“Esta gente tiene talento. Si ese talento se hubiera usado en algo constructivo, pues esos individuos no estarían aquí”, opina Omar Lucio, alguacil del Condado Hidalgo.
Objetos inofensivos, en ocasiones, pueden ser transformados en guaridas para armas.
Ejemplo de esto es una biblia que terminó como albergue de objetos punzantes.
También sucede que el vendaje que se utiliza para las heridas termina por convertirse en una macana o un pedazo de plástico pasa a ser una daga, así se manifiesta la creatividad en la cárcel.
“Hallan la manera (los presos) de hacer todo eso y están aquí encerrados. No tienen la facilidad francamente de tener a la mano lo que otra persona que está libre puede ir a comprar a la tienda”, añade Lucio.
El alguacil del Condado Hidalgo, además, admite que cada vez que le encuentran estos tipos de armas a los confinados ellos también aprenden.
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Pero no todo es malo, ya que tras las rejas hay quien prefiere utilizar su tiempo de forma positiva, dibujando o haciendo manualidades.
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