Martin Luther King Jr, la lucha que aún persiste

LOS ÁNGELES- Lejos de ser una batalla ganada, la lucha por los derechos civiles de las minorías en Estados Unidos arrastra aún asignaturas pendientes y enfrenta nuevos desafíos a más de cincuenta años después del famoso sueño que tuvo Martin Luther King.

La histórica "Marcha por Trabajos y Libertad" de agosto de 1963 que se recuerda este lunes canalizó un malestar latente de injusticias sociales y contribuyó a cambiar la dinámica de un país cuyos legisladores miraban hacia el otro lado ante los abusos.

Aquel día, King tomó el micrófono para recordar que un siglo después de la abolición de la esclavitud los descendientes de africanos en EEUU eran ciudadanos de segunda clase, vivían segregados, maltratados por las autoridades y condenados a ser pobres.

El movimiento pacífico abanderado por King logró la aprobación de la Ley de los Derechos Civiles (1964) y la Ley del Derecho al Voto (1965), normativas diseñadas para prohibir la discriminación por razón de raza, género, religión y nacionalidad, y bloqueaban iniciativas destinadas a desincentivar el voto de las minorías.

Aquellas protestas posibilitaron que hoy Barack Obama sea el presidente de EEUU, el primer afroamericano, un logro que resultaría impensable en los tiempos de King, que imaginó otros avances que siguen pendientes.

"1963 no es un final, sino un principio", recitó el activista en su fervoroso discurso "Tengo un sueño" cuya evocación de un futuro de igualdad racial choca con las brechas del presente.

Y es que aún el desempleo azota con más fuerza a los afroamericanos, mientras que la tasa de encarcelamiento de personas negras entre el 2000 y el 2010 fue 7 veces superior a la de personas de la raza blanca.

El último gran revés sufrido por estas minorías fue la anulación de una cláusula central de la Ley del Derecho al Voto de 1965, uno de los legados de la época de Martin Luther King, que obligaba a los estados con historia de discriminación racial a recibir permiso federal antes de cambiar sus normativas sobre comicios.

También enfrentan la entrada con fuerza de una nueva minoría: los hispanos, quienes también fijan la agenda de las reivindicaciones sociales y políticas con la reforma migratoria como estrella.

Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, queda en incógnita cual será su estrategia hacia est egrupo por los próximos cuatro años. 

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